Huelga de hambre

No ha sido el mejor día de Pilar, gastronómicamente hablando. Tampoco en cuestión de humor; lo cierto es que -no sabemos por qué- hoy no ha querido abrir la boca y hasta ha llorado un ratito (cosa rara en ella). Por la mañana ha estado bastante dormida y hemos esperado a ver si por la tarde estaba algo más lúcida para comer. Nada, misión imposible, no ha habido manera. Y eso que mamá y papá han estado intentándolo de mil formas.

Bueno, es un pequeño paso atrás en su alimentación, pero tampoco hay que preocuparse demasiado, tiene alimentación por la sonda; pero pronto tendría que abandonarla ya. Esperamos que la apatía de hoy no venga causada por nada raro y mañana volvamos a retomar la educación alimentaria que tan bien se nos estaba dando.

Por cierto, hoy cambiamos otro dígito en la báscula, 2.210 gramos.

Mamá sujetando a Pilarita, la rebelde alimentaria.