Pasitos de gigante

En el pecho de papá

Hoy, el pecho en el que se ha recostado Pilarita no era tan confortable como el de su mamá, pero no parece haberle importado. La sensación que ha sentido papá al 'abrazarle' por primera vez ha sido algo inexplicable. Han sido dos horas en las que de vez en cuando movía piernas y manos despacito, como si escalara hacia el cuello de su padre. Algunas veces abría un ojo y otras bostezaba. Papá se ha quedado tan dormido en algún momento que ni se ha enterado de una bradicardia (aquello que bajaba el ritmo cardíaco) que le ha dado a Pilar, pero se ha recuperado rápido.

Papá llevaba toda la mañana nervioso a la espera del momento mágico, y lo malo es que, para tenerle abrazada, hay que hacerlo lo más sereno posible. Bueno, se me ha pasado rápido. Sentir su peso en el pecho y su respiración es algo difícil de explicar; "es mi hija" me repetía para mí mismo y se lo repetía a mamá.

Cerquita de recuperar el kilo

En uno de los momentos en que tenía a mi hija encima María y yo hemos rezado el rosario en familia. Ya se ve que ahí Arriba hay Uno que nos escucha, porque después hemos pesado a la niña y ya ha alcanzado los 970 gramos. Ayer la dejamos con 940. Ya empieza a digerir y lo que sale del estómago es menos de lo que entra. Por desgracia, también sale bastante aire de su minúsculo estómago, porque al retirarle lo que no digiere, sale también bastante aire. Esto debe ser algo normal ya que tiene el respirador permanentemente en la nariz y con su minúscula cabecita, es fácil trague aire, pero no pasa nada.

Hoy hemos recibido una muy agradable visita de las primas de Pilarita. Nos han traído un desayuno de estos que hacen que la comida tenga que retrasarse; pero, sobre todo, nos han traído la primera mona de Pascua de nuestra hija. Bueno, realmente son dos, y tienen forma de pollitos (pollitos de chocolate).

Inés, Martina y Sofía con María

La segunda buena noticia del día ha sido el alta de María. Por fin puede irse a casa y descansar un poco, aunque no demasiado, hay que estar pendiente de la leche y estas cosas de mamá recién estrenada. Pero salir de la habitación de un hospital con salud es siempre una buena noticia.

No te preocupes Pilarita, vamos a estar contigo muchas horas todos los días aunque durmamos en casa.