Incertidumbre

Llega la cruz

Hasta hace dos días el comentario en el box de Pilarita era lo bien que estaba esta niña para haber nacido con seis mesis sin cumplir. Pero las cruces muchas veces no hay que salir a buscarlas, ya vienen solas; y Pilar está viviendo su particular calvario, especialmente duro en el día de hoy.

Al llegar por la mañana, papá se ha puesto el buff con toda la ilusión para ponerse encima a Pilarita y poder tenerla piel con piel. Al verle la enfermera le ha dicho: "papi, espera, hoy no. Ahora te lo explicamos", era evidente que algo no iba tan bien como hasta ahora.

La enfermera nos ha explicado que Pilar ha pasado "mala noche". Ha vomitado y ha sufrido una bradicardia detrás de otra, saturaciones descontroladas y apneas demasiado contínuas y largas. Ya antes de que llegáramos le habían tomado algún cultivo. Hoy no era el día para estar piel con piel, pero sí para estar muy cerca de ella, todo lo que pudiéramos.



Prueba de obstáculos

Hacia las doce del mediodía nos han anunciado la prueba de obstáculos que iba a tener nuestra hija en el día de hoy: cultivos, pinchazos para análisis, radiografías, transfusiones, nuevas vías en sus miembros ya bastante marcaditos, una punción lumbar (que finalmente será mañana) y algo más que seguro que me dejo por ahí.

Mamá ha estado en todo momento muy cerca de Pilarita



Dándole cuerda como a un reloj

Ha empezado el día con el cuerpo blanquecino; el color rosadito habitual de su piel ha palidecido junto a su ánimo. Apenas abría los ojos y no reaccionaba al roce de su mamá o su papá. Parecía una muñequita en sueño profundo; tan profundo que, cada poco, se olvidaba de respirar y había que darle cuerda con pequeños meneos de su pequeño cuerpecito.



Su pie izquierdo estaba hinchado y algo morado por la sangre extraído y por el esfuerzo al sacársela. En el otro pie estaba el sensor de oxígeno, uno de los que más guerra ha dado. En una mano derecha tiene pinchada la vía para el antibiótico y, en la izquierda, la vía para introducirle la sangre de las transfusiones. Por la boquita le entra la sonda para alimentarle, que le llega hasta el estómago y por la nariz el CPAP, que le lleva el oxígeno que necesita. Su cabeza está cubierta por el gorrito que le sujeta el CPAP y que muchas veces le marca una línea de oreja a oreja dejando en medio el triangulito nasal.

Sí, hay infección

Tras los primeros análisis, los médicos de guardia nos han explicado que tiene una leucopemia (leucocitos bajos) y que es una señal clara de infección -sin poder concretar aún el origen-, lo que puede explicar desde que se le haya reabierto el ductus (casi cerrado hace unos días) hasta que haya tenido tantas bradicardias y que ahora esté anémica y pálida. De ahí ha surgido el rosario de pruebas ya relatado. Lo peor, ha sido escuchar que hay que hacer una punción lumbar (cuando se encuentre mejor) para descartar una meningitis.

La toma de muestras de orina ha sido una de las pruebas que más esfuerzo ha supuesto a Pilar, la bolsita que sirve de recipiente se pega a su cuerpo con demasiada adherencia, y quitarlo resulta doloroso y le enrojece la piel bastante; pero ha aguantado como una campeona. La profesionalidad y el cariño que ponen las enfermeras que atienden a Pilar, también ayudan bastante.

A última hora de la tarde, ha recuperado algo el color y el nervio. Le hemos dejado un poquito mejor que como la hemos encontrado, pero todavía con la incertidumbre de esa infección, de qué pasará mañana y pidiéndo a todo el mundo que rece por nuestra niña.



Descansa Pilarita, que mañana viene otra jornada de obstáculos.